Sobre la historia de mi madre… El mentado tío José

Mi madre en sus últimos meses de vida. Sufrió tanto antes de partir ....
Mi madre en sus últimos meses de vida. Sufrió tanto antes de partir ….

El recuerdo más antiguo que tengo de mamá fue una vez que al despertar después de una siesta mañanera, mamá me preguntó : -Quiere papa papá? En la mesa que compartían mis 5 hermanos adolescentes, soltaron todos fuertes carcajadas. yo rondaba los 5 años de edad.

La casa de colonia, el primero año de los 70. En la sencillez de esas casas construidas con apoyo de la Alianza para el Progreso del Presidente Kennedy, vivíamos muchas familias pobres de la ciudad de Guatemala. Pequeña ciudad que para entonces se acercaba al millón de habitantes. Todas las casas iguales, 3 cuartos, sala y comedor-cocina. Patios enormes donde cabían hasta 6 o 7 carros, que nadie tenía. Apenas había televisor en cada casa. En blanco y negro todos. Solo los Escobedo tenían uno de 14 plgs que era color. Lo exhibían orgullosos en la sala de su linda casa. Una de las más lindas de la época. Hoy totalmente abandonada.

Mamá llevó una vida de empleada de papá. le dio 7 hijos. Solo sobrevivimos 5. Se los cuido y se los crió. Todas las mañanas mama Alicia(ese era su nombre). se levantaba a las 5.30 de la mañana para preparar el desayuno. Empezar a preparar almuerzos para los hermanos que ya trabajaban y servir el desayuno. Un plato de incaparina o avena. unos panes con frijoles y la taza de café Quetzal que se compraba diariamente la bolsita de 2 centavos y que alcanzaba para darle color al agua que tomábamos caliente cada mañana.

yo soy el más pequeño de mis hermanos. mientras otros iban a la secundaria o al trabajo, yo empezaba la escuela. pero recuerdo bien a mamá, todos los dïas sirviendo desayunos. luego lavando trastos y empezaba la faena. lavar ropa, dejarla tendida. Luego ir al mercado y preparar el almuerzo. 9 bocas que alimentar. Había que estar listo. En la tarde cuando ya todos habían almorzado. Cada uno de nosotros hacía su cama. Menos yo. No tenía cama. Dormícon mamá hasta los 12 anos.

La limpieza de la casa la hacíamos entre hermanos. Desde pequeño me asignaron pasar el trapeador por toda la casa. Después que algún había barrido.

Mamá en las tardes descansaba un ratito. luego a planchar. En la noche, después de servir la cena, se ponía en su vieja máquina de coser a hacer vestidos y remiendos que los vecinos le encargaban. También preparaba vinagre de piña que ella vendía. Con ese dinero ella tenía para comprarse sus cosas. Mamá siempre me dijo que papá nunca la dejó trabajar, pero tampoco le compró ropa. Algunos hermanos piensan distinto. Dicen que papá si lo hacía. yo crecí bajo las faldas de mamá y con un profundo amor hacia ella. Le creí siempre a ella.

Cuentan mis hermanas y mamá siempre lo dijo, que cuando estaba embarazada de mí, ella solamente tenía un vestido. Lo usaba en el día y lo lavaba en la noche. Al siguiente día se lo ponía mojado. Como estuviera. era lo único que tenia. Lo cierto es que eso explica el por que después de trabajar tanto en la casa durante el día, todas las noches yo la acompañe sentado en el suelo viendo como hacia ropa para otros vecinos.

Vi todas las novelas de los 70 al lado de mamá. Siempre me gustaba recostarme en el sofá colocando mi cabeza sobre sus piernas. Así la sentía cerca. Así sentía su amor. Ocasión que aprovechaba mamá para sacarme los piojos. Cuántos piojos tuve, nunca lo sabré. Pero recuerdo que papá los domingos que pasaba en casa, me bañaba a la fuerza y decía cada semana que sacaba como 60 con el peine fino especial para sacar esos animalitos. No me importa decirlo, pero es hermoso alberga vida. Nunca me importó tenerlos.

Muchas veces en las tardes, mamá me contaba historias de su familia.

Recuerdo perfectamente las historia del mentado tío José. hijo primogénito de la bisabuela Delfina. Este seńor que nació en la segunda mitad del siglo XIX, como resultado de una triste historia familiar, en la que el padre de mi bisabuela jugo a su madre (Higinia García mi tatarabuela) y a su hija y las perdió. A la hija con un salvadoreño de San Anta. Ellos entonces vivían en Chiquimulilla del a Sierra, hoy Chiquimula. se fue con el hombre porque no tuvo más. ni 15 años tenía. Pero asi es la vida. Así era entonces y seguramente sigue siendo así para muchas mujeres en el mundo actual, dos siglos después. De esa relación nació el mentado José. Pero ella se huyó y solita siendo joven y con gran determinación se vino a pie para la capital. Pasando por Jutiapa. Acá en la capital se puso a trabajar. como le hicieron no se. Pero con el tiempo tuvieron panaderías y su vida mejoró. Por aquellos años el presidente de Guatemala donó terrenos cerca del cementerio. Ya entrados en el siglo XX. Asi nació el famoso barrio el Gallito. Que era un afinca según contaba mamá. Para entonces la bisabuela Delfina ya habí tenido 3 maridos y varios hijos. Entre ellos la abuela Lucía, la mamá de mi mamá. De ella no hablaré ahora porque mi madre poco la mencionó. Se fue cuando mi madre tenía nueve años. Dejándole a mi madre de herencia una casa, mas dos hermanos que habían sobrevivido a la pobreza y las penas, de 13 hijos que había tenido la abuela Lucia y de los que no sabemos mucho. Pero lo que nunca olvidé y es el recuerdo mas presente que tengo del mentado tío José, es cuando mamá contaba que al morir la madre y hacerse cargo este señor de los gastos funerarios de mi abuela, se acercó a mamá y le dijo mostrándole las escrituras de su herencia, que el se quedaría con el terreno porque con eso recuperaba lo que había costado la caja de madera en la que sepultaron a la abuela.

Nunca entendí eso. Nunca entendí ese abuso. Siempre le pregunté a mamá por qué aceptó esa injusticia. Su respuesta siempre fue la misma: -Ella tenía 9 años, apenas si comprendía lo que el mundo le estaba poniendo enfrente y la desgracia en la que se mecía en ese momento.

El tío José era jodido. Además mando a dejar a mamá al hospicio de la ciudad de Guatemala. Alli la recibieron la trabajadora social, porque 5 años antes murió su papá y ahora quedaba sin mamá. Totalmente huérfana. con un tïo infeliz, que no tuvo conmiseración de ella.

Para su fortuna, cuando en el hospicio se enteraron del bienestar que gozaba el tío, no aceptaron a mamá. Le dijeron a él se hiciera cargo. Cosa que según entiendo nunca ocurrió. Ese señor puso a mi madre en manos de la bisabuela Lucía y de la tía Chayo (de quien hablare mas adelante).

En esa casa entonces había hasta sirvienta. Un lujo que no se veīa en las casas guatemaltecas de antaño. Hubo una que cambio la vida de todos para siempre. La señora Angelina que llegó a la casa familiar, con una niña en brazos fruto de su vientre y se quedó a vivir en casa. Ella con el paso del tiempo y entrada en confianza, se metió con el tío José y terminaron casandose.

Toda la pequeña fortuna familiar quedo en manos de su familia. Curiosamente esta niña hija de la señora Angelina, se llamaba Mercedes. Creció y tuvo relación cordial con mi mama. Tanto así que nos enseñaron a llamarla tia Meches. Sus hijos fueron nuestros primos y asi los llamamos y crecimos pensando en ello, hasta que mama me contó la verdad. No importa, fueron buenos. Tristemente una de ellas, heredó de ese señor Jose la propiedad que era de mi abuela. Tanto así que exhibe con jubilo que las escrituras aun conservan el nombre de mi abuela. Una historia triste, porque quizá no sabe que esa tierra es fruto de la avaricia de ese señor, que dejo en la pobreza a su madre, sus hermanas y sus nietos, para entregarle todo a manos llenas a otra familia que construyó por ese amor por la mentada Angelina….